28 de mayo de 2009

Actualización de entradas

Se ha actualizado el Glosario de términos botánicos.

Flora: La chajora


Chajora

Sideritis dendro-chahorra Bolle

Familia Lamiaceae

La chajora es un arbusto levantado de hasta 80 cm de altura, de ramificación abundante con las hojas agrupadas al final de los quebradizos tallos; aunque hay que indicar que es una especie bastante variable.

Detalle de las hojas
Presenta hojas de pedúnculos largos, con morfología ovado-lanceolada de base cordiforme y márgenes ligeramente crenados. Están cubiertas por un denso tomento de color verde-amarillento en el haz y más claro blanco-cremoso en el envés.

La chajora posee largas inflorescencias en espiga muy ramificadas, con ramificaciones cortas y numerosas flores de color amarillo.

Detalle de la inflorescencia
Su período de floración abarca los meses primaverales, sobre todo desde de abril a junio.

La chajora, como las otras especies del género, posee ciertas propiedades medicinales como digestiva, anticatarral, antiinflamatoria y para tratar heridas o contusiones, utilizando infusiones o emplastos de hojas y flores.

Chajora en floración
Esta especie crece en riscos y matorrales a partir de los 200 m de altitud, llegando a internarse en los bordes y claros del monteverde.

Se trata de una especie endémica de la región de Anaga, muy común en zonas termófilas desde Tejina hasta la Punta de Anaga, y por ambas bandas del macizo.


Nombre común: chagorra, chahorra, chajora, chajorra, chaora, salvia blanca, salvia de cumbre, tajora
Nombre científico: Sideritis dendro-chahorra
Sinonimia: Leucophae dendro-chahorra / L. massoniana / L. m. var. albida / L. m. var. genuina / L. m. var. pumila / L. soluta / Sideritis massoniana / S. m. var. pumila
Orden: Lamiales
Familia: Lamiaceae
Distribución: Canarias (Tenerife)
Conservación: no amenazada
Estatus: no protegida

21 de mayo de 2009

Fauna: La guaña


Guaña

Calonectris diomedea (Scopoli, 1769)

Familia Procellariidae

La guaña, más conocida como pardela cenicienta, es considerada el ave marina más abundante del archipiélago canario exceptuando a la gaviota, estando representada en Canarias por la subespecie borealis (Cory, 1881).

Es un ave de tamaño medio, alcanzando los 50 cm de longitud. Su plumaje presenta una coloración pardo-grisácea en el dorso y la cabeza, siendo blanca en la parte inferior del cuerpo y las alas. Estas son altas y estrechas. Presenta un pico largo, característico de las aves marinas, de color amarillento con el extremo oscuro.

La guaña no presenta un dimorfismo sexual aparente, aunque los machos son más voluminosos.

Guaña en vuelo
El nombre común de guaña le viene por el sonido tan característico que emiten y que suena algo así como guaña-guaña-, repetido insistentemente.

Según una tradición estas aves son capaces de tirarte piedras.

Su dieta la componen pequeños peces, cefalópodos y crustáceos que coge de la superficie mediante pequeños buceos.

Es un ave pelágica, es decir, que desarrolla su vida en alta mar, volviendo a tierra en la época de reproducción que abarca desde mayo hasta octubre o noviembre. Suelen poner un único huevo, haciendo sus nidos bajo piedras, grietas o cuevas en acantilados costeros, roques, islotes y paredes de barrancos. Esta ave forma grandes colonias.

Guaña en vuelo. Detalle del dorso
Su área de distribución abarca tanto el Atlántico como el Mediterráneo. La subespecie presente en Canarias se encuentra también en los archipiélagos de Azores, Madeira y Salvajes, así como en algunas islas de la costa portuguesa. Las colonias más importantes de Canarias se encuentran en el Archipiélago Chinijo, estando la principal colonia de Tenerife en los Roques de Anaga.

La especie está protegida a nivel europeo al estar incluida tanto en el anexo II del Convenio de Berna como en el anexo I de la Directiva de Aves. La subespecie nativa está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el anexo VI del Catálogo Canario de Especies Protegidas.

La especie se considera de Preocupación Menor (LC) por la UICN y En Peligro (EN) en el Atlas de las aves reproductoras de España. La subespecie canaria está catalogada en este mismo Atlas como Vulnerable (VU).


Nombre común: guaña, guaña-guaña, pardela cenicienta
Nombre científico: Calonectris diomedea borealis
Sinonimia: Calonectris kuhlii borealis / C. k. fortunatus / Procellaria diomedea / Puffinus cinereus / P. diomedea / P. d. borealis / P. kuhlii / P. k. borealis / P. k. flavirostris
Orden: Procellariiformes
Familia: Procellariidae
Distribución: Canarias, Madeira, Azores, Salvajes y Portugal
Conservación: amenazada
Estatus: protegida

Fotografías: Cortesía de Gerardo García Casanova (Aves de Canarias), propietario y autor de las mismas.

18 de mayo de 2009

"Dendrological Plant Image Gallery"

En esta página encontraremos una colección de fotografías de numerosas plantas leñosas tanto de la región macaronésica como de Asia oriental, Norteamérica, Chile, Argentina, Australia y Nueva Zelanda.

14 de mayo de 2009

Geología del Macizo de Anaga (II)

Litología y estructura de los materiales

«Las coladas basálticas predominan sin duda en todos los edificios antiguos de las islas, y concretamente en el de Anaga.

Los piroclastos abundan en los núcleos del Macizo y están asociados en su mayoría a centros de emisión de la Serie I Media. Estos piroclastos están enrojecidos por fenómenos de oxidación y se encuentran frecuentemente muy soldados. En general son de tipo cínder y escoriáceos, englobando bombas de diferente tamaño. A veces pueden distinguirse cristales de olivino y augita en las fracciones más finas.

Las coladas presentan una amplia gama en cuanto a estructura, potencia y textura, predominando las capas delgadas y escoriáceas, tipo “aa”, y las de carácter aglomerático.

La alteración que presentan en la Serie I Inferior se debe tanto a su antigüedad y consiguiente meteorización como a los efectos de la inyección filoniana.

Las fonolitas constituyen planchas de hasta 100 metros de potencia, que generalmente se localizan en el techo del Macizo. Tales planchas tienen carácter de derrames lávicos unitarios, aunque son frecuentes las de tipo aglomerático, caóticas y muy soldadas. Destacan por su color claro y se encuentran frecuentemente alteradas.

Dentro del edificio antiguo de Anaga se localizan 17 domos sálicos distribuidos por todo el área sin que a primera vista presenten ninguna ordenación aparente. Entre ellos se distinguen varios tipos morfológicos, si bien la mayoría corresponde a diques-domo (Roque de las Ánimas o el Roque de los Pinos). El resto corresponde a otros tipos, así el Roque Anambro es una aguja, el Roque de Enmedio es un posible criptodomo, el Roque de Juan Bay un cumulodomo endógeno, y por último los Roques de Fuera y de Tierra y el Roque Aderno no resultan clasificables al estar muy erosionados y no mostrar relación con las rocas adyacentes.

Sólo aparecen rocas granudas (sienitas, gabros y anfibolitas) masivamente en un afloramiento de la Playa de Benijo. Se trata de rocas muy alteradas y caóticas interrelacionadas con basaltos de la Serie I Inferior.

Como formaciones sedimentarias, además de las típicas playas, muy escasas y depósitos de barranco, hay que destacar la importancia que adquieren en Anaga los derrubios de ladera, que están adosados a los acantilados de la costa Norte. Esta potente formación, que se encuentra actualmente colgada sobre el mar, da idea de una gran actividad erosiva en épocas relativamente recientes.

El análisis fotomorfológico y las observaciones sobre el terreno muestran la existencia de considerables masas de sedimentos detríticos que, atendiendo a su génesis, se pueden clasificar en tres tipos: depósitos de fondo de barranco, derrubios de ladera y glacis coluviales de pie de vertiente. Los derrubios de ladera están esparcidos en todo el ámbito del Macizo, tanto en las zonas bajas como en los sectores de cumbre, donde aparecen colonizados por formaciones de fayal-brezal y laurisilva; ello plantea, dada la altitud de las cumbres (800 m) la existencia de una fase paleoclimática con características de mayor aridez que el clima actual.

Morfología

La dorsal de cumbres determinada por la alineación de los roques Bichuelo, Anambro, Chinobre (910 m) y Pico Limante separa una vertiente Norte, de acusadas pendientes hacia el mar, de las vertientes meridionales ocupadas por valles de cabeceras abruptas y tramos angostos, que constituyen los típicos barrancos. Los principales barrancos se encajan entre elevados contrafuertes que mantienen alturas considerables hasta la costa, por lo que esta es también acantilada en muchos tramos del S y W de la Península.

La acción erosiva, tanto continental como marina, ejercida desde hace largo tiempo (2’5 m.a.), ha convertido este edificio volcánico en un conjunto ruiniforme. La red de drenaje es muy densa y está condicionada por la heterogeneidad de los materiales, entre los que predominan los piroclastos, que facilitan una rápida formación y desarrollo de torrenteras. En ocasiones, los diques y especialmente los pitones, preservan de la erosión algunos cerros, observándose notables ejemplos de erosión diferencial; casos extremos de esta situación son los pequeños islotes que jalonan las costas y particularmente los Roques de Anaga.

Tectónica

Aunque la disposición inclinada de los diques de la Serie I Inferior dan la impresión de un posible basculamiento en la base de Anaga, es más probable que los únicos movimientos en esta zona hayan sido los típicos deslizamientos y asentamientos locales, que no responden a una tectónica regional. Esta última sólo puede deducirse indirectamente como reflejo de fracturas profundas y antiguas por la dirección dominante (NE-SW) de los grandes diques y por la clásica disposición en tejado del eje en el que se concentran los principales centros de emisión».


Fuente: GONZÁLEZ GONZÁLEZ, R., M. C. LEÓN ARENCIBIA & M. J. DEL ARCO AGUILAR (2002). Los Helechos de la Reserva Natural Integral de El Pijaral. Consejería de Política Territorial y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias. S/C Tenerife. 194 pp.

11 de mayo de 2009

¿Sabías que...durante el siglo XIX el fuego arrasó Anaga?

En 1812 ardieron los montes próximos al Chinobre, y en 1827, 1895 y ya en 1902 los montes de Taganana, San Andrés y Aguirre, seguramente ligados todos ellos a las talas masivas que se realizaban entonces.

Testigos actuales de estos incendios quedan en numerosos topónimos en dichas zonas: Lomo de las Chamuscadas, Montaña Chamuscada, Las Chamuscadas,...

7 de mayo de 2009

Geología del Macizo de Anaga (I)

Dado que mis conocimientos en Geología son muy limitados, a continuación transcribo la parte correspondiente a esta ciencia de la fuente citada más abajo. Más adelante añadiré una segunda parte que constará de los apartados: Litología y estructura de los materiales, Morfología y Tectónica; mostrando ahora una breve introducción en Geología de Tenerife y la Volcano-estratigrafía del Macizo de Anaga.


«Tenerife es una de las Islas Canarias más complejas desde el punto de vista volcanológico. La parte visible más antigua de la Isla la constituyen materiales pertenecientes a la “Serie Basáltica Antigua”, constituida por lavas y piroclastos basálticos, con algunos diferenciados sálicos como diques y domos, los cuales se encuentran típicamente en la parte terminal de las emisiones basálticas.

Esta Serie aparece formando tres edificios profundamente erosionados, no visiblemente conectados, en el NE (Anaga), NW (Teno) y S (Adeje) de la Isla. Las secuencias volcánicas más recientes se formaron en una secuencia de edificios centrales, denominados Cañadas I, Cañadas II y Cañadas III.

El Macizo de Anaga pertenece al denominado Edificio Anaga. Las series volcánicas más antiguas, con edades que parten del Mioceno tardío, están formadas en su mayoría por basaltos y algunas traquitas y fonolitas.

En Anaga se han sucedido tres ciclos volcánicos, uno más antiguo de 6’5 millones de años, uno segundo entre 6’5 y 4’5 m.a., con un posible lapso entre los 5’4 y los 4’8 y el último alrededor de 3’6 m.a.

Volcano-estratigrafía

El Edificio Anaga, considerado como unidad estructural, está constituido por materiales correspondientes a la Serie Basáltica Antigua emitidos desde el Mioceno hasta hace unos 3 m.a. Este gran período de tiempo puede subdividirse dentro de la Península de Anaga en tres subseries (Inferior, Media y Superior) cuya delimitación se ha establecido en base a criterios paleomagnéticos, morfológicos y volcanológicos en general.

La Serie I Inferior se localiza exclusivamente en el denominado arco de Taganana y está constituida por materiales basálticos muy alterados y con una densa inyección filoniana.

La Serie I Media está ampliamente representada en todo el Macizo, predominando los materiales basálticos principalmente piroclásticos y su red filoniana asociada. Estos materiales se apoyan discordantemente sobre la subserie anterior y sus coladas buzan suavemente hacia el mar desde la zona de cumbres, constituida mayoritariamente en la zona por materiales piroclásticos. La edad más antigua para estos materiales se corresponde con una fonolita (6’5 m.a.) en la base de la Mesa de Tejina.

En la Serie I Superior predominan las coladas basálticas tabulares que conforman las típicas mesas; esta característica y la presencia de planchas fonolíticas permiten la separación de esta subserie, que en ocasiones se apoya sobre una clara discordancia erosiva que incluye algunos niveles sedimentarios. Sus manifestaciones basálticas parecen restringidas a la parte occidental del Macizo, o al menos esa es la única zona donde han podido delimitarse con claridad. En la zona de estudio, la Serie I Superior está representada casi exclusivamente por planchas fonolíticas, que tienen carácter aglomerático en la zona de cumbres, donde se deben localizar sus centros de emisión.

Puede decirse que la actividad efusiva cesó prácticamente en el Macizo hace poco más de 3 m.a., aunque esporádicamente tal actividad se renovó al menos en dos erupciones basálticas, localizadas en la Montaña de Guerra y en la Punta del Hidalgo, de edad cuaternaria, representada en toda la Isla por los materiales asociados a numerosos conos bien conservados.

Mención especial merecen los diferentes episodios que constituyen la importante red filoniana, más intensa como es lógico en las subseries inferiores. Muchos de estos diques y en especial los pitones fonolíticos atraviesan toda la Serie I, por lo que deben ser considerados como los últimos diferenciados de los magmas que dieron origen al volcanismo del Edificio Anaga».


Fuente: GONZÁLEZ GONZÁLEZ, R., M. C. LEÓN ARENCIBIA & M. J. DEL ARCO AGUILAR (2002). Los Helechos de la Reserva Natural Integral de El Pijaral. Consejería de Política Territorial y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias. S/C Tenerife. 194 pp.

6 de mayo de 2009

Actualización de los álbumes web

Se han agregado las siguientes fotografías:


Camino en Paiba, San Andrés

 
Paiba, San Andrés
La Piedra Grande y el Cabezo de la Hoya, San Andrés

El Bailadero
Las Toscas del Cresal sobre la Hoya de Juana Carta
El Cuchillo, San Andrés
Cabezo Janato, San Andrés

El Fraile, San Andrés
Roques del Cresal, San Andrés

4 de mayo de 2009

"Aeonium.info, el sitio de referencia"

Esta página posee una colección de fotos de crasuláceas macaronésico-africanas muy buena. Recomendable para los aficionados, como yo, por estas plantas tan curiosas.


1 de mayo de 2009

Foto del Mes: "La tierra de los mil roques"

El macizo de Anaga presenta en su orografía una muestra innumerable de formaciones geológicas singulares que no dejan a ningún visitante indiferente, son los conocidos popularmente como roques.

En el español general no aparece el término roque con el significado que se le da en Canarias, recogiendo el Diccionario de la Real Academia Española sólo las acepciones: 1. Torre del ajedrez; 2. Carro de dos ruedas con lanza o varas; y 3. Quedarse dormido. En las islas se añade la definición de «peñasco que se levanta en la tierra o en el mar». Según Marcial Morera Pérez en su Diccionario histórico-etimológico del habla canaria, nuestro roque deriva del francés rocce, introducido en las islas por los normandos acompañantes del conquistador Jean de Bethencourt, o por marineros posteriores. Hay que destacar que cuando se encuentran en la mar se les denomina únicamente roque a aquellos que siempre tienen partes fuera del agua, reservándose para los que con la marea llena quedan sumergidos la voz baja.

Debido a la antigüedad y al desgaste erosivo que ha sufrido el macizo de Anaga, este territorio muestra una infinidad de estas formaciones rocosas desde las cumbres más altas hasta las costas. Existen roques con leyendas asociadas como el de las Ánimas en Taganana; algunos son auténticos símbolos de un pueblo como los de Taborno, Roque Negro o el Roque de las Bodegas; otros son muy famosos desde tiempos antiguos Roques de Anaga, símbolos a su vez de todo el macizo, el Roque Bermejo,…. Por otro lado, muchos de los roques anagueros conservan aún hoy el nombre que les dieran los primeros pobladores del macizo, los guanches, conservándose los topónimos en el saber popular: Aguacada, Anambro, Chiguel, Chamaso, Anjua, etc.

Como se puede ver, los roques forman una parte importante del paisaje y de la cultura popular anaguera.

En la fotografía, tomada desde el Lomo de Almáciga el 5 de enero de 2009, podemos ver una panorámica que nos muestra una sucesión en diferentes planos de muchos roques anagueros: de izquierda a derecha Roque de Enmedio, Roque del Tablero, Roque de las Ánimas y, en la misma línea, el Roque Taborno y el Roque Marrubial.